Una personalidad ilustre, una gloria mundial, digna del amor y la veneración de todos los pueblos cultos, va a honrar hoy esta sección.
César Cantú, ese admirable historiador que ha sabido romper con mano maestra las espesas brumas del pasado, reconstituyendo con su habilísima pluma los hechos más notorios del mundo conocido, demostrando en su famosa labor un espíritu de justicia merecedor de los más sinceros elogios, nació en Brivio (Lombardía) el 5 de septiembre de 1805 (1).
Siendo aún casi niño, perdió a su padre, asignándole la suerte el cargo de jefe de la familia. ¡Y qué familia!: diez hermanos, todos pequeños, sin contar a la madre y a otros individuos de la casa.
Sería labor interminable enumerar las penalidades, las angustias, los trabajos y prodigiosos esfuerzos a que se vio reducido el noble joven, hasta el momento de obtener una plaza de profesor de literatura en el colegio Brivio.
Conseguido esto, como sus facultades intelectuales era prodigiosas, aunque solo contaba dieciocho años, se trasladó a Como, mejorando de situación, y más tarde a Milán, donde estableció definitivamente su residencia.
Su magnífica, su afamadísima Historia Universal y su no menos afamada y no menos magnífica Historia de los últimos cien años, le dieron tal nombradía y le orlaron de tan grandiosa aureola, que apenas se hallará persona de mediana cultura que ignore quien es César Cantú.
Muchas otras obras ha escrito el gran historiador pero, en el breve espacio de que disponemos, nos concretamos a citar las dos mencionadas, entendiendo que la segunda es complemento, apéndice de la primera, por creer bastan y sobran para dar a un escritor el título de varón ilustre y de eminencia literaria y cultural.
La Lombardía puede estar orgullosa de haber tenido un hijo tan preclaro, al que nosotros nos complacemos en rendir nuestro tributo de admiración y gratitud; de admiración hacia su talento y portentosa intelectualidad, y de gratitud por el bien que su obra ha reportado a la humanidad estudiosa.
Por todo ello, El Gladiador tiene para su nombre un lugar entre los escogidos.
Hipatia
Notas
(1) No existe coincidencia en cuanto al año de su nacimiento: además del que se cita en este escrito, hemos encontrado fuentes que dicen que lo hizo un año antes y no faltan las que lo retrasan hasta 1807.
(2) Se recomienda la lectura del siguiente comentario, donde se comentan las dudas que mantengo acerca de la autoría de este escrito:
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)