Querida Aquilina: Leí la carta de Rosario, está bien. No se preocupe usted por mí, estoy bien. Contentísima de poder descansar de verdad. No me hace falta nada, nada, nada. Ya lo pediría si mi hiciese falta. La abraza su amiga
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1) A pesar de la diferencia de edad, Aquilina Rodríguez Arbesú y su hermana Rosario, mantuvieron una estrecha relación con doña Rosario. Aquilina sentía tal veneración que llegó a guardar durante décadas algunas de sus cartas, recortes de periódico, fotografías y otros variados recuerdos entre los que se encontraba su famoso testamento ológrafo (Véase el comentario 135. El último eslabón (⇑): https://rosariodeacu.blogspot.com/2016/10/135-el-ultimo-eslabon.html)
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)