Señor director de El País (1)
Muy señor mío:
Habiendo leído en el número 505 de su valiente periódico el brillantísimo y enérgico mensaje de adhesión que los estudiantes de Madrid mandan a sus compañeros de Sevilla(2), molesto su atención suplicándole haga público el siguiente manifiesto:
A LOS ESTUDIANTES DE MADRID
Amigos míos:
Hace cuatro años que en fraternal banquete de protesta(3) contra los sucesos del 19 de noviembre reuní a compañeros vuestros atropellados por la soberbia e insultante política conservadora. Desde aquella memorable fecha vengo consagrando mi inteligencia a la defensa de todos los ideales que constituyen el alma de la juventud y de la libertad, dispuesta siempre a aplaudir sus triunfos y participar de sus desgracias.
Entusiasmada con el magnífico mensaje de adhesión que habéis suscrito a vuestros compañeros de Sevilla, y habiendo sabido que espíritus ruines y caracteres innobles intentan procesar a la comisión iniciadora y redactora de tan elocuente, profundo y digno escrito, me apresuro a poner en vuestro conocimiento que de aquí a cuando sea requerida por la justicia (si así sucede) la susodicha comisión, suscribo con mi firma el documento, haciéndome partícipe de la responsabilidad que judicial o gubernativamente pueda caber a los individuos de la comisión, que es justo y lícito que la mujer y la juventud, víctimas constantes de las turbas conservadoras, entrelacen sus destinos ante las iras de los que osan llamar canallas a todos aquellos que no consienten en ser sus esclavos.
Que la salud de la patria os inspire la mejor conducta, y tened por seguro que allí donde lata un corazón limpio de la impudicia, del egoísmo y de la soberbia, atributos esenciales de todo carácter conservador, vibrará este grito: ¡Vivan los estudiantes madrileños y sevillanos!
ROSARIO DE ACUÑA
El País, Madrid, 12-11-1888
Notas
(1) Ambos textos iban encabezados por este titular: «Una carta generosa»
(2) El texto publicado el sábado 10 de noviembre iba firmado por más de dos mil firmas, a la cabeza de las cuales figura la de un joven de veinte años llamado Carlos Lamo Jiménez (⇑).
(3) En relación con el evento al que hace mención, se recomienda la lectura del siguiente comentario:
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)