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[La Sra. Pardo Bazán y D.ª Rosario de Acuña] (1)

 

Señor director de El País

Muy señor mío:

Tenga usted la bondad de rectificar una noticia que se lee en el artículo titulado Monumento a doña Emilia, en el número 6.371 de su periódico. Yo no visité Galicia con el señor Francos Rodríguez, al cual solo hablé en dos ocasiones, una en Asturias y otra en Madrid; en el viaje a que se refiere el articulista iba acompañado de un antiguo criado de mi casa (2). Tampoco es cierto que fuera detenida a instancias de la señora Pardo Bazán de Quiroga. Las autoridades de Orense intentaron detenerme, influidas por un canónigo de la catedral, que no podía resistir, en su brutal fanatismo, mis escritos de Las Dominicales, el cual le fue contando al gobernador las patrañas y calumnias que los de su secta usan contra los racionalistas.

Fragmento de la carta enviada a El País (16-1-1905)

Conste, pues, la verdad. Y de paso permítame que le diga encuentro también ridículo amenguar el gran valor de la señora literata Pardo Bazán de Quiroga. En la nación donde tienen estatuas Elduayen, Cassola, Sagasti, Cánovas, etcétera, etcétera, ¿puede holgar la de esta señora? En realidad su enorme erudición, su epicureísmo brillante, cristalización de la edad moderna, su valor, verdaderamente varonil, para medrar en esta sociedad, casi toda ella femenina, y su capacidad imaginativa para la radiante urdimbre de la bella literatura, pelusa que es capaz de embellecer las más enroñadas decadencias de todo país moribundo, la hacen verdaderamente acreedora a quedar unida rocosamente a estos tiempos actuales…

¡La pena es ver sobre un pedestal, hecho por las gentes de ahora, a doña Concepción Arenal!... Gracias que sus obras aseguran la inmortalidad en la justicia que si no, honra sería de sabios deshacer la estatua a martillazos.

Permítame que le diga no obra esa redacción en aras del progreso al extender el ridículo sobre una brava hembra que supo, con talento peregrino, entender a sus compatriotas… Aunque sólo fuera por esto merece la estatua.

B.S.M.

Rosario de Acuña

 

Notas

(1) Tal fue el título con el cual el periódico encabezó el texto de  la carta.

(2) De las peripecias de este viaje se da cumplida cuenta en el comentario siguiente:

 

Mapa en el que señala el itinerario del viaje que realizó Rosario de Acuña en el verano de 1887130. De un viaje a caballo por Léon, Asturias y Galicia
Convertida en librepensadora y masona, su nombre no dejaba a nadie indiferente. En el verano de 1887 realizó un viaje para estudiar la vida de la gente del Norte, en el transcurso del cual pudo comprobar las reacciones que provocaba...

 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)