Sr. D. M. Álvarez:
Mi distinguido amigo:
En mi casa se ha leído y estudiado su admirable discurso sobre el proceso Ferrer, causándonos un entusiasmo hondísimo.
Tengo a dicha muy grande haber venido a vivir y morir (este es mi propósito) en esta tierra asturiana donde ha nacido tan gran patriota y artista como usted. Me enorgullece ser conciudadana de quien ha sabido de un modo maravilloso defender la majestad de la Justicia y la supremacía de la Razón.
Dios guarde su salud muchos años para bien de España y orgullo y satisfacción de los que tenemos a honor el llamarnos sus amigos.
Lo es suya con el mayor afecto y estimación, su admiradora.
Rosario de Acuña
Notas
(1) El
escrito iba precedido de la siguiente introducción: «La
ilustre escritora doña Rosario de Acuña que, oculta en su
bello retiro de Somió, vive la honda vida de España y desde
aquel pintoresco rincón canta frecuentemente las
sublimidades de
(2) En relación con el contenido de esta carta y con la relación de Rosario de Acuña con Melquíades Álvarez, se recomienda la lectura del siguiente comentario:
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)