Al venerable maestro de la logia Constante Alona:
Muy señor mío:
Aunque el estado de mi salud y de mis ojos es bastante delicado y no puedo, sin exponerme a nuevas molestias, dedicarme a ningún trabajo intelectual, no quiero dejar pasar más tiempo sin contentar a su atenta carta fecha tres de junio.
Agradezco profundamente las frases que me dedica usted, así como las atenciones de que he sido objeto por parte de los señores de la logia Constante Alona, a quienes hará presente mi reconocimiento.
En nada, ni sobre nada, me veo autorizada ni con bastante suficiencia, y solo obedeciendo a los movimientos expansivos de mi ser es como tuve el atrevimiento de hacer pública mi adhesión a las doctrinas de Las Dominicales. En esos dos redactores, Chíes y Demófilo, que tan noblemente luchan por avanzar algo sobre los antiguos ideales de la sociedad, es donde deben fundar los amantes del progreso sus esperanzas y sus aspiraciones, procurándoles adeptos fieles que en el momento de la lucha sepan elevarlos y defenderlos. En cuanto a mí, mi condición de mujer (es decir de esclava) y el total desprendimiento de cuanto pueda –con sugestiones materialistas– turbar la serenidad del espíritu, me alejan de toda ambición y de toda gloria. ¡Feliz si allá en los siglos que vendrán, las mujeres, elevadas a compañeras de los hombres racionalistas, se acuerdan de las que, haciendo de antemano el sacrificio de sí mismas, empuñaron la bandera de su personalidad en medio de una sociedad que las considera como mercancía o botín, y defendieron con la altivez del filósofo, la abnegación del mártir y la voluntad del héroe sus derechos de mitad humana dispuestas a morir antes que a renunciar a la libertad!
Repitiéndoles mi gratitud y ofreciéndoles algún trabajo para La Humanidad que recibo oportunamente y les agradezco, queda de usted atenta amiga s.s.q.b.s.m.
Rosario de Acuña
Pinto 23 de junio
La Humanidad, Alicante, 10-7-1885
Nota
La carta iba precedida del siguiente texto: «Con el mayor gusto insertamos la carta que nos dirige la distinguida escritora doña Rosario de Acuña».
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)