Brindo por el enaltecimiento de la mujer española en todas las esferas del orden intelectual, para que deje de ser débil, no por medio de una usurpación ridícula e imposible de los destinos masculinos, sino por el íntimo convencimiento de su propia valía, que la dignificará, haciéndola hermana y compañera del hombre, para que sea declarada responsable, lo mismo de sus crímenes que de sus virtudes, y que así como hoy asciende las gradas del cadalso entre la compasión o el desprecio de las multitudes, mañana ascienda las gradas de la cátedra entre el respeto y la admiración de sus conciudadanos, ocupando el solio augusto de la enseñanza que se extiende desde la misma cuna del infante hasta hasta el mismo laboratorio del sabio, pues ella es la única que puede enseñar la bondad al niño y la paciencia al genio. ¡Que nuestras descendientes, las mujeres del porvenir, encuentren el camino libre de los punzantes abrojos que hoy hollan nuestras plantas! ¡Que esas mujeres del porvenir disfruten de la hora del triunfo, de la hora de la verdad, de la hora de la justicia, en la cual el hijo de la especie humana tenga por su mayor gloria y su mayor merecimiento el haber sido educado por la mujer inteligente.
Y como el credo masónico resume de modo tan maravilloso todos estos ideales de progreso, brindo por la masonería española, por su significación, que es la sola garantía, ¡la sola piedra angular de su poder!, para que, firme, unida y poderosa, nos lleve a la realidad de nuestras esperanzas, que hoy podrán ser sueños, podrán ser quimeras o locuras, pero que mañana serán razones, evidencias y hechos. Que el pueblo masónico, con su importante influencia, contribuya a la reforma de nuestras legislaciones, de un modo tal que cuando la mujer pretenda reivindicar sus derechos de persona racional no se encuentre, como en la actualidad, con que las leyes la hacen esclava, la religión la hace víctima, la sociedad la hace paria, y la familia la hace réproba. Que la institución masónica, a la cual tengo la honra y la inmerecida dicha de pertenecer, consigne en los códigos de los estados la ley de la naturaleza, y quede reconocido que la mujer, lo mismo que el hombre, es una criatura racional semejante de Dios.
Brindo, pues, a la mayor gloria de la masonería española, que será el triunfo de este ideal.
Notas
(1) El texto anterior iba precedido de la siguiente entrada: «Con el título de "Inauguración del colegio masónico de Getafe", el periódico krauso-racionalista titulado El Libre Pensamiento (no se olvide que es semanario ilustrado) reseña la sesión masónica que el día de San Juan, para mayor profanación, se verificó en la población indicada, inaugurando un establecimiento, propiedad ahora del Gran Oriente Nacional y dedicado a la enseñanza de los descendientes de los masones. Hubo un banquete. Inició los brindis el señor vizconde de Ros, Gran Comendador. Después usó, mejor dicho, abusó de la palabra la célebre doña Rosario de Acuña, la apóstola de la emancipación de la mujer, la que en España empuña la bandera roja que Luisa Michel ostenta en Francia, la libre-pensadora, que, a pesar de todos sus alardes de amor a la libertad, no puede sufrir tranquila que los católicos juzguen libremente y combatan con entera libertad de conciencia las teorías funestas del librepensamiento acerca de la mujer, teorías destructoras de la sociedad y corruptoras de la familia y del bello sexo.
Transcribimos dicho brindis según lo trae el semanario ilustrado El Libre Pensamiento y así podrán nuestros lectores, con conocimiento de causa, formar juicio sobre el valor que en la práctica tiene la declaración solemne que en el Senado hizo el ministro de Gracia y Justicia, señor Alonso Martínez, de que la Masonería no era una institución legal ni lícita.»
(2) Se recomienda la lectura de los siguientes comentarios:
La masonería con «su importante influencia», es para ella un estratégico bastión en la campaña de Las Dominicales en la que está inmersa, pues no solo le proporciona amparo y defensa, sino que además le brinda la posibilidad de ir sumando a su causa nuevas...
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)