Serenata morisca
Pétalo desprendido del níveo azahar
anémona entreabierta del hondo mar,
mariposa de pluma blanca y ligera
como las mariposas de la pradera.
Ilusión de una noche de amor soñado,
más bella que un suspiro de enamorado.
Diosa de los vergeles de Andalucía,
antes que en tus balcones refleje el día
voy a dejarte
un presente de joyas con que adornarte.
De las hojas rosadas de una camelia
un ceñidor te traigo, divina Ofelia.
Para unirlo en tu seno lo prende un broche,
formado con rocío de hermosa noche.
Para ceñir en ondas tu rubio pelo
con marabú tejido te traigo un velo.
De purísimas algas formando lazos,
más orlas de encaje para tus brazos.
Para prenderlas
Un colibrí dormido sobre perlas.
Te traigo unas sandalias de blanco armiño
por si quieres ceñirte tu pie de niño.
Tres diamantes sujetos en filigrana,
más claros que el lucero de la mañana;
unas sartas de aljófar entre rubíes,
ramos frescos de rosas y de alelíes,
y entre las dobles hojas de la verbena
encerrada en el cáliz de una azucena.
Te traigo hermosa
del vergel de mi alma la última rosa.
Pues si muchas tenía, todas murieron
que por mi mal, temprano todas nacieron:
y aunque está en primavera el alma mía
no le queda más que una «La poesía»
En los dulces sonidos del eco blando
y entre joyas y ramas yo te la mando,
guárdala cual presente, no se marchita,
es una flor del cielo, siempre bendita.
Flor cuyo aroma
en las fuentes divinas su esencia toma.
La Unión Democrática, Alicante, 21-2-1886
Notas
(1) Poesía leída por su autora en el recital poético (⇑) que tuvo lugar en el teatro Principal de Alicante el 17 de febrero de 1886.
(2) En relación con el recital, se recomienda la lectura de los siguientes comentarios:
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)