A las penas de la vida
no les hagas caso alguno,
que todas se han de acabar
a las puertas del sepulcro.
* * *
Tengo un árbol en mi huerto
donde un pájaro se para
y allí canta sus amores
porque los aprenda el alma.
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)