Las palabras del amor
no creas que son verdad,
son como flores de mayo
que apenas vienen se van.
Ojos rojos de llorar,
ojos que lloráis enojos,
¿quién os puede consolar
en este mundo de abrojos?
No hay dolor como el dolor
de ahogar en el alma el llanto,
y mientras el alma sufre
poner el rostro de agrado.
Cuando sale el sol te amo,
cuando se pone te adoro,
pero de noche te olvido
y de día quiero a otro.
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)