imagen de la cabecera

 

 

Mis cantares

 

¿Quién ha inspirado mi mente

arrancado de mi alma

esos fugaces suspiros,

que prendidos en el aura

ni un eco solo perciben,

ni un solo recuerdo hallan,

y en el espacio se pierden

y en el olvido se acaban?

Tan solo Dios es posible

que diera respuesta clara.

Pobres y tristes suspiros

como las aves los lanzan

al ver sus nidos amados

deshechos por fiera racha,

suspiros que al encontrar

de la inspiración las alas

en cantares convertidos

salen volando del alma,

y en vuelo tenue y ligero,

que nunca rozar pensara

los umbrales de esa esfera

que mundo humano se llama,

en el espacio se pierden

y en el olvido se acaban:

¡Que son mis pobres cantares

tristes suspiros del alma!

Nunca osarán pretender

de los laureles la palma

que se armonía encontraron

sin que armonía buscaran,

no es bastante la que tienen

para esa conquista magna

que las Musas a sus hijos

en el Parnaso preparan.

Dulces o amargos serán,

pero nunca con sus galas

hablarán al pensamiento

del ingenio que batalla

por ver grabado su nombre

en el templo de la Fama

¡Que son mis pobres cantares

tristes suspiros del alma,

que en el espacio se pierden

y en el olvido se acaban!

 

 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)