Suave destello que la vida alumbras,
risueña imagen de hermosura extraña,
¿cuál es tu nombre, que saberlo quiero?
«Soy la esperanza»
¿Por qué te alejas de mis turbios ojos?
¿Por qué en el cielo desplegar tus alas?
¿Dónde caminas que saberlo quiero?
«¡Voyme a mi patria!»
Palma de flores que me enseña el genio,
rayo de fuego que ilumina el alma,
no sé tu nombre, mas saberlo quiero
«Gloria me llaman »
¿Por qué tu tallo se pobló de espinas?
¿Por qué se nubla tu luciente llama?
¿Por qué me dejas y te vas al cielo?
«¡Voyme a mi patria!»
Ángel celeste de purpúreo brillo,
casta paloma de nevadas alas,
díceme el alma que el amor te nombras
«Y no te engaña»
¡Oh si la vida detener pudiera
el tenue vuelo de tu lenta marcha!
¡Baja del cielo, que me dejas sola!...
«¡Voyme a mi patria!»
Blanca azucena del vergel frondoso,
reflejo suave de la luz del alba,
¿eres la sombra que ilusión se dice?
«Soy cual me llamas»
¡No me abandones, que la vida es corta,
y ya entre sombras la existencia vaga!
¡Vuélvete un punto, que la noche llega!
«¡Voyme a mi patria!»
¡Todo se aleja del mundano suelo!
¡Todo en la tierra para siempre acaba!
¡Feliz momento cuando el alma diga!...
«¡Voyme a mi patria!»
Para saber más acerca de nuestra protagonista
Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)